lunes, 31 de agosto de 2009

Despierto XLVII


Que suave y mojada espalda

que suave recorrerla y perderme en sus valles

que paz desprende

como tu rostro

que calor tan dulce

mitigando mi seca garganta

qué placer es saberte unida a mí

sembrando de gotas de cristal

las sábanas

qué breves momentos

que intensos

que suaves

...que suave sueño me mece, me acaricia, me arropa.

pero ya no estás, pero no te has ido.

martes, 4 de agosto de 2009

Despierto XLVI


Momentos después de desbrozar la mañana

tomé asiento en una solitaria terraza;

varios rayos de sol me tomaron por sorpresa

y cual Jíbaros, hicieron prácticamente, desaparecer mis pupilas.


Ella, ataviada con pequeño delantal y una flamante sonrisa,

fue la única culpable de qué aquellas pupilas

reducidas hasta lo ridículo,

se transformaran en dos inmensos agujeros negros

capaces de absorber su imagen

hasta dejar saciada mi hambre.


Entonces, oculto tras las volutas de humo de mi ansiado cigarrillo,

simplemente la admiré.